11 de junio de 2007

Fin del fracaso escolar





De un plumazo, mejor dicho, de una votación el Gobierno ha puesto fin al fracaso escolar en España. La nueva Ley de Educación ha resuelto el problema del fracaso escolar en unos cuantos artículos: nada de esfuerzo en el estudio, nada de repetir cursos por asignaturas suspendidas, nada de exámenes de reválida para comprobar el nivel cultural alcanzado.

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El fracaso escolar suponía que unos cuantos alumnos, demasiados según los estudios europeos, abandonaban los estudios en España. El fracaso escolar suponía, según esos estudios europeos, que muchos alumnos españoles no alcanzaban los niveles de comprensión en la lectura considerados adecuados, por poner un ejemplo. ¿Cómo resolver el problema? Igualando a todos por debajo; es decir, que todos los alumnos sean igualmente zotes, negligentes, perezosos, ajenos al esfuerzo; pero todos, sin excepción. Y si alguno pretende destacar por su esfuerzo y por su estudio, pues habrá que llamarle la atención para que no deje en mal lugar al resto de sus compañeros, que son practicamente todos.

Se ha terminado con la votación de una ley con el fracaso escolar en España; pero se ha introducido un instrumento de distinción de clases que no beneficia en nada a la sociedad, y, por supuesto, a la justicia social. Las familias que deseen que sus hijos se esfuerzan, aprendan, se preparen para la vida que les espera, harán un esfuerzo y los enviaran a las escuelas privadas, a aquellos centros donde se exija y enseñe. Conclusión: serán los que mas puedan económicamente quienes estén mejor preparados para los puestos de trabajo importantes, para alcanzar responsabilidad en la sociedad. Si alguien pensaba que el pensamiento socialista iba a buscar la igualación de la sociedad posibilitando que todos tuvieses igual cultura y educación, haciendo tabla rasa de su poder económico, se habrá llevado un autentico chasco.

Se me olvidaba. Premiando pereza, la ausencia de esfuerzo, el nuño aprendizaje se esta facilitando el caldo de cultivo la para muchas cosas, entre otras para la violencia escolar. Piensen un poco y verán que así es.

http://www.panorama-actual.es/opinion/colaborador.pl?Id=2173

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El tema me recuerda el cuento del lobo: que viene el lobo... que viene; y llega por fin cuando todo el mundo estaba con la guardia bajada ante tanta advertencia falsa. Que existe acoso escolar, es algo que es evidente ante los datos que afluyen y las medidas que las autoridades académicas comienzan a tomar. ¿Tan grave es el problema? Y es en este punto donde tengo ciertas discrepancias.

Una ONG acaba de defender que se rebaje la ley penal de 14 12 años para poder sancionar agresiones graves escolares , y otras acciones. Si ya me parece una burrada, tal como suena, que la edad penal –se sobrentiende que para la aplicación de la Ley de Responsabilidad Penal del Menor, sea de 14 años, lo de los 12 años me causa perplejidad, es un disparate . Entre los motivos por los que me parece un disparate tal propuesta, mencionare que ello supondría considerar al menor de 12 años como una persona responsable, ya formada; seria tanto como pensar que es la ley quien debe educar al menor y no la sociedad, y los padres, a través de los centros educativos y formativos. Lo dicho: quien ha hecho tal propuesta debía estar en esos momentos un tanto “caliente”.

Volvamos al acoso escolar. Y tengo que decir que estamos “criminalizando” acciones de los menores que no son tales actos “criminales”, que son, hoy como ayer, acciones infantiles, un tanto disparatadas, incluso violentas, y que responden a impulsos agresivos que han existido siempre y que seguirán existiendo. Si cuando se dan esos actos agresivos y un tanto violentos –es posible que otros actos si deban adjetivarse como “acoso escolar”- señalamos a sus autores como ”acosadores escolares”, o lo que es lo mismo “como delincuentes” y los llevamos ante la Fiscalia, estamos “criminalizando al menor2, estamos señalándole como un ser perverso y dañino, estamos…De ahí, de lo que pienso, la referencia al cuento del lobo o a la expresión popular : ¡menos lobos, Caperucita!.

Los colegios comienzan a contratar seguros “anti-acoso”, por aquello de las posibles responsabilidades civiles y penales. ¿Dónde esta la disciplina y el ej4rcicio de la autoridad académica? No estoy diciendo que esa ausencia de disciplina y autoridad sea la causa de posibles acosos escolares, pero si estoy diciendo que los actos violentos de los menores no tienen como única causa su carácter agresivo; a buen tendedor, pocas palabras bastan. No me imagino a mis maestros y profesores –entre ellos mi padre- acudiendo a un seguro “anti acoso” cuando me reía de algún compañero o le daba un pescozón –o me lo daban, que de todo había-.

Si exageramos los actos violentos de los menores, estamos, es posible, hinchando un globo y eso perjudica a la educación. Si escondemos responsabilidades bajo edades penales o violencias sociales, estamos diluyendo responsabilidades que no se ejercen. ¡Menos lobos, Caperucita!
http://www.union-web.com/news/060912/opi01.html

Anónimo dijo...

Pues del primer al último post....como ha cambiado el Sr. Burriel.

O sea que según Ud. un menor de edad puede matar, violar y en definitiva hacer lo que le venga en gana.

Total unos chuches y para casa.




Cita:
Volvamos al acoso escolar. Y tengo que decir que estamos “criminalizando” acciones de los menores que no son tales actos “criminales”, que son, hoy como ayer, acciones infantiles, un tanto disparatadas, incluso violentas, y que responden a impulsos agresivos que han existido siempre y que seguirán existiendo


Haga Ud. que las acciones lesivas les supongan un coste para sus autores....y verán como si bien no dejan de existir serán anécdoticas.

Pero claro....si les salen gratis las acciones y encima defensores a ultranza (yo les llamo complices). Pues ya me dirá .
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Anónimo dijo...

Para que nadie se lo tome a mal, ni nadie crea que voy un tanto de broma, no he puesto el siguiente titular: el acoso escolar y el lobo. Y hubiera recordado en la introducción –lo estoy haciendo ahora- que no se puede asustar a la sociedad anunciando la llegada del “lobo” –que viene el lobo…-, ya que después nadie se cree el aviso cierto de la llegada del lobo; quizás también hubiera recordado el dicho popular: ¡menos lobos, Caperucita! Sin animo de ofender a nadie ni tomarme a chacota el tema, pero me parece que se esta exagerando en demasía el tema del acoso escolar. ¿Por qué?

Teresa Gisbert, Fiscal coordinadora de Menores de la Fiscalia de Valencia ha dicho en referencia al acoso escolar que este fenómeno ha pasado de no existir para la sociedad a pensar que ahora cualquier cosa es acoso escolar.
Me parece loable el interés de expertos en llamar la atención de la sociedad, de los pares y de los educadores acerca del acoso escolar. Pro llamar la atención no es exagerar. Y llamar la atención debe hacerse con una finalidad positiva, de ayuda a todos los elementos del problema para encontrar la solución. Sin embargo, algunos, y no concreto, se aprovechan del tirón mediático del tema para venderse publicitariamente. ¡No es serio aprovecharse de algo tan grave como el acoso escolar!

Ha dicho también Teresa Gisbert –tan sensata como siempre, aunque no comparto en absoluto su idea de rebajar hasta los 12 años la edad penal del menor y no lo comparto porque soy contrario a judicializar los problemas de los menores- que no nos puede extrañar esa violencia en las aulas por parte de los menores porque vivimos “en una sociedad que admite la violencia en su seno y la admite como una forma de relación” . Añadiría lo afirmado por Pedro Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid: “los jóvenes perciben la violencia como una forma de éxito”. Debemos enfocar el tema del acoso escolar como una expresión mas del fenómeno de la violencia en la sociedad –guerras, videojuegos, violencia de género, delincuencia violenta, solución conflictiva de los problemas, etc.-.

Según el reciente estudio presentado en Madrid –Araceli Oñate e Iñaki Piñuel- el 90% de los escolares españoles sufren acoso psicológico; un 23,3%, es decir, una e cada cuatro escolares españoles, son victimas de acosos escolar. Según los citados autores las cifras hasta ahora conocidas están sesgadas a la baja bien porque se banaliza el problema, bien porque existe una negación institucional -en mi centro no ocurre nada, será en el de enfrente-, bien porque cuando se habla acoso escolar, se deja fuera el acoso psicológico.

Según el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid entre un 2 y un 4% de los escolares sufren acoso escolar. ¿En que quedamos? Los autores del estudio “Cisneros X” dicen que las cifran deben comprender el acoso psicológico. De acuerdo, pero siempre y cuando sea acoso –que es hostigamiento constante, persecución casi cotidiana, etc.-. Un mote, un insulto, una colleja, una burla no siempre son sinónimos de acosos escolar; ¿acaso todo debe ser corrección, buenas palabras, sonrisas melifluas? E incluir a los niños de alrededor de los ocho años como acosados o acosadores, me parece no solamente una barbaridad, sino una exageración que puede desvirtuar el verdadero tratamiento del real acoso escolar.

También en el tratamiento y corrección del acosos escolar es posible la exageración con el consiguiente perjuicio para los menores y para la comunidad educativa. Considero, por ejemplo, que judicializar el problema, perjudica a todos los grupos que intervienen en el acoso escolar. Es evidente que en algunos casos no habrá mas remedio que intervenga la Fiscalia de Menores.

Entre las muchas cosas que se han dicho, y publicado, estos días sobre el acoso escolar –reitero lo de “menos lobos, Caperucita”, que tanto daño, así lo pienso, puede hacer a la sociedad por la exageración y el agravamiento de lo que está ocurriendo-, se han insinuado soluciones que me han parecido acertadas, llenas de sentido común y acordes con la realidad social de la educación. Les recordaré alguna de esas soluciones; e insisto hay que centrar el problema mas en la soluciones que en las cifras y datos.

Teresa Gisbert: “un caso de violencia entre menores no es solo responsabilidad de los padres, todos debemos implicarnos: el Estado, las asociaciones, y la sociedad”. Añado: y, por supuesto, los educadores que no pueden, es su responsabilidad, mirar hacia otro lado.

Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid: hay que educar en la amistad, y romper “la ley del silencio” entre los escolares : hablando se ayuda al acosado y al acosador.

Existe el acoso escolar, por supuesto, pero no es el problema mas grave, siendo grave, que tiene la educación. Hay que devolver la autoridad a los educadores; hay que enseñar a los escolares que tiene derechos, pero también deberes; hay que responsabilizar aun mas a los padres en la educación de sus hijos. Soy optimista por naturaleza y por formación, y entiendo que la sociedad –padres, educadores, autoridades y escolares- puede solucionar el problema del acoso escolar; pero sin exagerar, sin convertir cualquier cosa en acoso, pues no lo es.

http://www.el-refugioesjo.net/

Anónimo dijo...

No deja de sorprenderme el Sr. Burriel, de los "avestruces" ha pasado al "lobo", lo próximo me temo que sea alguna especie de las tinieblas submarinas.

Pues no, no es algo para tomarse a broma, ni intentar hacer el chiste facil, hay familias enteras que sufren esta lacra e incluso tienen que abandonar su domicilio.

Lo que no es serio Sr. Burriel, es que desde la supuesta "explosión" mediatica que se inica un nefasto 21 de septiembre del 2004 en Fuenterrabía, las administraciones educativas no hayan hecho otra cosa, que ocultar, minimizar y tratar de desvirtuar la realidad de las aulas españolas.

Y si vivimos en una "sociedad" que admite (según Ud.) la violencia en su seno. ¿no cree que ya es hora de cambiar las cosas?.
Yo soy padre de familia y tengo hijos en esa franja de edad, y le
aseguro que no me preocupa lo más minimo la rebaja a los 12 años de la edad penal. Y no me preocupa a mi, como no debe preocupar a todos los padres y madres, que han procurado educar a sus hijos/as.

Puede que Ud. le parezca una barbaridad incluir a los niños de "alrededor" de 8 años, pero...desde los 4 años se dan episodios frecuentes de acoso escolar. Claro está! que para quien no lo sufre es un tema banal.
Y por supuesto que hay que incidir en esas etapas, esos niños/as de "alrededor" de 8 años, seguramente tienen habitos adquiridos de 4 años atrás y no los dejaran hasta que acaben la escolarización. Y luego...claro esos hábitos (que llevan ligada la impunidad) y que los han vivido a lo largo de toda su vida, a ver quien les explica que no pueden trasladarlos al nivel "doméstico" - o al "nivel laboral".

Es desfase de cifras, no es otro que algo tan lógico como la recepción y estudio de los casos.

Para las administraciones, solo son casos de acoso aquellos de los que tienen constancia como "denunciados".

Para algunas asociaciones y organismos, las cifras se desvirtuan si las comparan con las que "ellos" disponen - se olvidan obviamente- que no todo el mundo denuncia, y que no todo el mundo recurre a ellos.
Si Sr. Burriel, hay muchas familias que intentan "solucionarlo" dentro del ámbito escolar, personal, familiar (sin que el mismo trascienda) en aras del beneficio del pequeño, o lo que es lo mismo, para no crearle otro enemigo mayor "el propio centro escolar".

La fiscalia de menores a estas alturas debiera actuar de oficio, porque alguien que está asesinado en vida a un semejante no se le puede ¿penalizar? con tres días de "vacaciones" y eso...despues de unos cuantos meses de abrir el expediente...y eso si se consigue abrir.
Muchos derechos para los DELINCUENTES, y ninguno para la víctimas.

Y es posible que "cualquier cosa" no sea acoso, de acuerdo, pero la escolarización es obligatoria, y los derechos consticionales de muchos alumnos mueren a la puerta del colegio. Y a eso Sr. Burriel no hay derecho!!!!!.

Anónimo dijo...

Los últimos acontecimientos de violencia escolar –acontecimientos además “transmitidos” por las cámaras de los móviles de compañeros y compañeras- han vuelto a disparar la alarma en la sociedad. Y se reúnen los padres de esos institutos, y se pide por los dirigentes documentes vigilantes jurados, etc. ¿Ha hablado alguien de la responsabilidad de la familia en esos incidentes penosos de violencia escolar?

Al niño pequeño se le consienten todos sus deseos y caprichos y no se les “corta” las pataletas. Ya adolescentes los padres ponen a sus disposición todos los videojuegos posibles, aunque casi todos sean violentos, cada cual peor- Y no digas nada los programas violentos de la televisión…. ¿les extraña a ustedes el clima violento de los adolescentes? Pues los padres tienen mucho que ver.

Los adolescentes hacen en sus casas lo que quieren, y gritan a sus padres, incluso insultan, cuando les apetece. ¿Normas en la vida familiar? Prácticamente ninguna. ¿Quieren ustedes que respeten a los profesores cuando no respetan a los padres¿ ¿Quieren ustedes que observen disciplina alguna en los centros educativos cuando no lo hacen en su hogar? ¿Cómo van a imponer los profesores norma alguna de disciplina cuando los adolescentes no saben lo que es eso desde muy pequeños en su hogar familiar? Si a este panorama, sombrío panorama, añadimos que los adolescentes no han escuchado en sus casas palabras de apoyo a los profesores o de respeto, pues… ¡actuaran en los centros educativos a imagen y semejanza de cómo se comportan en sus familias!

Está bien eso de implementar las medidas disciplinarias en los centros educativos y de establecer, asimismo, normas de comportamiento y espero que no sea demasiado tarde-, pero no estaría de mas, ni mucho menos, que las autoridades docentes pusieran en marcha “escuelas para padres”, y que las asociaciones de madres y padres de alumnos examinaran en sus reuniones cómo educar a sus hijos si de veras quieren acabar con la violencia escolar.

Aunque sea por enésima vez lo repito: los padres son los principales y esenciales educadores de sus hijos. Conclusión: los padres son responsables en buena medida de la violencia de sus hijos en los centros escolares y con sus compañeros.
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http://www.el-refugioesjo.net/