25 de junio de 2007

Europa reclama la vuelta a la educación con disciplina


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Los padres europeos huyen de gurús y especialistas. Demandan normas y sentido común.
Disciplina, disciplina, disciplina. Cuando educar a los hijos parece hoy más difícil que nunca, Europa reclama la vuelta a la disciplina. El Gobierno británico quiere forzar la asistencia a las escuelas de padres. En Alemania, donde se debate a diario sobre educación, uno de cada dos habitantes exige la implantación del carné de padres. El sociólogo alemán Klaus Hurrelmann pide incluso que se acople la percepción del subsidio familiar por hijos a la asistencia a un colegio de padres. El Elogio a la disciplina, de Bernhard Bueb, el ex director del internado de élite alemán Schloss Salem, se ha convertido en un best seller en Centroeuropa. Y los límites en educación son también el eje de las técnicas de gestión familiar para directivos que imparte la escuela de negocios madrileña Ide-Cesem en colaboración con Urrainfancia.

La educación de los hijos se ha convertido en un dilema. Los padres europeos se sienten desbordados. Y muchos, incluso, critican la tiranía de los gurús de la educación. 'Los expertos en paternidad están arruinando la vida familiar'. Esta fue una de las conclusiones del congreso celebrado en mayo en la Universidad de Kent. Para Frank Furedi, profesor de sociología de la universidad británica y autor del libro Paternidad paranoica y la cultura del miedo, nunca antes la crianza había estado sometida a tantas restricciones por autodeclarados expertos. 'Estamos tratando a los padres como idiotas, transmitiéndoles la idea de que sólo hay una forma de hacer bien las cosas'.

Su colega alemán Klaus Hurrelmann, de la Universidad de Bielefeld, afirma que los progenitores están desbordados por la educación y la gestión del tiempo. Es un fenómeno europeo. La pareja de profesionales formada por María José López, ingeniera, y Héctor Cuello, periodista de Barcelona, confirman sentirse atrapados entre sus respectivos trabajos y los remordimientos y sentimientos de culpabilidad: por no tener apenas tiempo para sus hijos de cuatro y seis años y por recibir continuamente presión e instrucciones externas de profesores, psicólogos, escuelas de padres, manuales de autoayuda, poderes públicos con sus servicios sociales, etc.

En Alemania, con más de mil manuales de educación en el mercado, el número de consultas a los expertos ha registrado un incremento del 50% en los últimos diez años. Cinco millones de espectadores siguen los consejos de la Supernanny televisiva, que en España ha emitido la cadena Cuatro. El sociólogo Klaus Hurrelmann afirma que uno de cada tres padres no 'tiene ni idea de cómo educar a los hijos'.

En España, cerca del 80% de los niños mayores de siete años muestra conductas agresivas hacia sí mismos, hacia sus compañeros y, sobre todo, hacia sus profesores, según el estudio Cisneros X, centrado en la violencia y el acoso escolar en España, elaborado por el Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo (IIEDDI) en colaboración con la consultora Mobbing Research. El niño agresor esconde una 'profunda falta de autoestima, de cariño y de confianza', que el 74% de los 6.000 profesores encuestados achaca, en primer lugar, al abandono sistemático de la tarea educativa por parte de los padres.


'Los expertos en paternidad están arruinando la vida familiar', denuncian los progenitores


La doctora en Filosofía Victoria Camps -quien afirma de sí misma que a lo largo de su vida ha hecho básicamente dos cosas: tener tres hijos y enseñar filosofía- explica que el desconcierto actual se debe, en parte, a que la abundancia de conocimiento produce más perplejidades. 'Y porque a los hijos hay que dedicarles, sobre todo, tiempo.' El interrogante que más preocupa a los padres (¿cómo se hace?) debe ser resuelto personalmente, añade. 'No hay respuestas para resolver todas las dudas satisfactoriamente y sin equívocos, pero, básicamente, habría que trasmitirles felicidad (que no consiste en tenerlo todo ni en conseguir todo lo que uno se propone), buen humor, carácter, responsabilidad, tolerancia al dolor, autoestima, buenos sentimientos, buen gusto, valentía, generosidad, amabilidad, respeto, gratitud, trabajo, libertad y obediencia.'

También la psicóloga María Jesús Álava Reyes apunta que los hijos 'precisan unos límites, unas pautas y unas reglas que los ayuden a conseguir estabilidad, tranquilidad y seguridad'. Pero ¡ojo!, advierte el pediatra suizo Remo Largo, en Centroeuropa los hombres sólo pasan 20 minutos al día con sus hijos (descontando el tiempo de las comidas). 'Si, durante el poco tiempo compartido, los padres se dedican a imponer límites, obtienen rechazo. La educación resulta más fácil cuando se dispone de tiempo para los hijos y se disfruta de una buena relación familiar. En la misma línea habla Bueb: la disciplina se legitima con el cariño.

Carrera por crear el hijo más inteligente


El desconcierto de los padres europeos ha llevado a una 'paternidad paranoica y una cultura del miedo', según formula Frank Furedi, profesor de sociología de la Universidad de Kent (Gran Bretaña). A los padres se les transmite la sensación de que son incompetentes antes incluso del nacimiento de sus hijos. Luego se les dice que si no lo hacen bien (baja estimulación, falsa alimentación, escasa preeducación musical, poco apoyo cognitivo, etc.) los niños les pueden salir mal. Según Furedi, a los padres se les convierte así en 'dioses' determinantes del destino de sus hijos. Como consecuencia, 'los niños británicos disponen cada vez de menos tiempo para jugar libremente y estar con otros niños'. Y se les desborda.

El psicólogo Detlef H. Rost, profesor de la Universidad Marburg (Alemania), confirma la competición de las madres alemanas por criar al hijo más inteligente. Rost, que dirige desde hace 20 años un estudio sobre niños superdotados, lo explica así: 'Las madres me llaman diciéndome: 'Mi hijo tiene dos años, ¿qué puedo hacer para estimular óptimamente su inteligencia?'.

Cuando les digo que para su desarrollo es importante que jueguen libremente y se sientan bien, me contestan: ¡sí, pero es que mi hijo deberá ir a la Universidad!'.



Lidia Conde / FRÁNCFORT (22-06-2007)

http://www.cincodias.com/articulo/Sentidos/Europa/reclama/vuelta/educacion/disciplina/cdscdi/20070622cdscdicst_1/Tes/

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