14 de mayo de 2007

¿Más concienciación?










En España, desde el suicidio de Jokin, motivado por el acoso escolar que sufría, se hace más evidente la falta de respeto a alumnos y profesores.


El joven vasco de 14 años, Jokin C.L., se suicidó en septiembre de 2004. Desde entonces, las quejas recibidas en el Defensor del Menor y entidades como SOS Bullying (933012913) o el teléfono ANAR del menor (900 20 20 10) no han dejado de multiplicarse. ¿Se debe a una mayor concienciación de la sociedad o es que hay cada vez más violencia en las aulas?

Después de la muerte de Jokin, se emprendieron varios estudios para evaluar el acoso en las escuelas. El primero se hizo con 5.000 alumnos de segundo de primaria a segundo de bachillerato. Se le llamó Estudio Cisneros VII sobre Violencia y Acoso Escolar (documento pdf), y fue presentado a finales de 2005 por el Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo.


Desveló que uno de cada cuatro escolares sufre acoso y los que más lo sufren son los más pequeños —de entre 7 y 10 años, de segundo a cuarto de Primaria. El 10% de las víctimas lo vive en silencio. El 15% tiene ideas suicidas. El 35% sufre depresión. Las consecuencias son el síndrome de estrés postraumático, que afecta más a las chicas, la depresión y la baja autoestima. Por sexos, las víctimas están bastante igualadas: de cada 100 acosados, 58 son chicos.

El 96% de los profesores encuestados en el estudio Cisneros VIII, Violencia contra Profesores (documento pdf) opina que la violencia ha aumentado en los últimos años. Se encuestó a 6.000 profesores pertenecientes a 237 Centros públicos de Educación Infantil y Primaria e Institutos de Enseñanza Secundaria de Madrid. La mayoría (74%) achacó el aumento de violencia al abandono de la tarea educativa por parte de los padres; a la violencia en la sociedad (66%); a la crisis de valores (65%) y a la falta de recursos para imponer disciplina en los centros (62%). Sólo un 4% cree que se debe a una falta de capacidad profesional del profesorado.

El pasado mes de enero, se presentó otro nuevo informe, el Cisneros X sobre Violencia y Acoso Escolar en España con datos del 2006 (documento pdf), y basado en una encuesta a 25.000 escolares de las 14 comunidades autónomas. Los datos escandalizaron «a casi todas nuestras autoridades educativas y a todos los que habitualmente apuestan por minimizar y banalizar la violencia psicológica», según dijo Iñaki Piñuel, director del informe, profesor en la Universidad de Alcalá y director del Mobbing Research (Investigación del Acoso).

En la presentación, Piñuel señaló que en las escuelas "impera la ley del silencio". Según el estudio, los padres de los acosadores son los más reticentes a asumir la situación, ya que eso supone reconocer que no conocen a sus propios hijos, un problema cada vez más frecuente.

La reacción del Gobierno fue afirmar que no es que ahora haya más bullying sino que estamos más concienciados. Iñaki Piñuel, basándose en los estudios que ha ido realizando, rebate dicha reacción. «No hicieron ni caso a PISA sobre fracaso escolar (campeones de Europa) y tampoco quieren reconocer la realidad de unos centros penetrados por la creciente pérdida de valores, la indisciplina y la falta de respeto a la dignidad del otro, ya sea alumno o profesor», escribió.

«En 2004, el estudio HBSC (Health Behaviour in School Aged Children, documento PDF) realizado por la OMS en 35 países arrojaba para España tasas de violencia escolar aún más elevadas que las de Cisneros X, y mostraba a la luz lo habitual y cotidiano que resulta para los niños y jóvenes españoles ser víctimas de las burlas, el menosprecio, los insultos, las vejaciones, las coacciones o la intimidación en el aula. A pesar de haber evaluado nada menos que a 13.500 niños españoles, también el estudio HBSC de 2004 fue víctima del síndrome de negación. Aquí no pasa nada», escribe Piñuel.

En resumen, el estudio Cisneros X desveló que:

—Más de 500.000 niños en España sufre un grado de acoso intenso.

—Uno de cada cuatro alumnos sufre acoso en clase, sin que se detecten diferencias entre colegios públicos, concertados o privados.

—El riesgo de sufrir acoso escolar se multiplica por cuatro en niños con 7 u 8 años y que disminuye progresivamente hasta el Bachillerato, etapa esta última en la que el porcentaje de acoso en las aulas (en torno al 11%) coincide con el acoso que se produce en otros ámbitos, como el doméstico o el laboral.

—El 54% sufre depresión.

—El 15% ha pensado alguna vez en el suicidio.

—En el 19% de los casos, los compañeros defienden al alumno acosado.

—El 60% de los acosadores acabará cometiendo un delito antes de cumplir 24 años.

—El acoso escolar coincide con el que se produce en otros ámbitos, como el doméstico o el laboral.

—Sólo se conoce el 20% de los casos de maltrato a menores.

—El 80% de los maltratos se produce en el seno familiar.

—La mayoría de los casos que trascienden son los que implican violencia física, el maltrato psicológico se ignora.

En otro estudio reciente, el 23,6% de los estudiantes de ESO asegura que ha sentido miedo de ir al centro escolar: el 21,3% alguna vez, el 1,7% a menudo y el 0,6% a diario, principalmente a causa de las obligaciones escolares (12,3%) y por la actitud de uno o varios compañeros (10,09%). Casi la mitad de los alumnos admite observar a veces que algunos estudiantes se meten con el profesorado. Son datos del informe de 2006 'Violencia Escolar: el maltrato escolar entre iguales en la Secundaria Obligatoria', elaborado por el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, en colaboración con Unicef, que compara otro de 1999, con 3.000 alumnos encuestados y 300 jefes de estudios de otros tantos centros de todo el país.

En Estados Unidos, los trágicos ataques de estudiantes en escuelas casi siempre están relacionados con el acoso escolar. «Si miramos a los atacantes, la mayoría fueron víctimas antes», dijo Ronald Stephens, director ejecutivo del Centro para la Seguridad Nacional en la Escuela. «Algunos adolescentes, cuando son rechazados, acosados o desdeñados, reaccionan con violencia. Quieren resolver sus problemas rápidamente y de una forma que a menudo es temible».

Muchos investigadores están de acuerdo en que una forma de reducir la violencia social es prevenir el bullying, el acoso en la escuela.

Otros acosos

La llamadas a la fundación ANAR han desvelado que hay una nueva modalidad de acoso, consistente en grabarlo con el móvil y colgarlo en Internet.

El acoso escolar también se produce fuera de los colegios. El verano pasado, SOS Bullying contabilizó cerca de un centenar de consultas por problemas de acoso en los campamentos, entre julio y agosto. Esta asociación también ha alertado del ascenso «importantísimo» del cyberbullying, es decir, menores que usan internet o los mensajes SMS para continuar su acoso a un compañero. El pasado agosto se recibieron 31 denuncias por este tipo de bullying.

Cómo detectar el acoso:

En la primera fase, los niños no suelen contarle a sus padres lo que les sucede. Cuando se detecta el problema puede que el daño psicológico ya haya dejado secuelas. Dolores de estómago y de cabeza ante la vuelta al cole, heridas, ropas rotas y aislamiento son algunas pistas para que los padres detecten el acoso sobre sus hijos.

En qué consiste el bullying:

En los niños, lo más frecuente es poner motes, pegar collejas o patadas, burlas, zarandeos y amenazas, entre otros agravios. En las niñas, hacerlas llorar, prohibir a otros que les hablen, excluirlas de los juegos, mostrarles odio.

Mensajes que no deben darse a los niños:

Trivializar la violencia, decir a los niños que exageran o que tienen que prepararse para ese tipo de vida. Obligarles a devolver la violencia.

Qué deben hacer los padres:

Mostrarse incondicionalmente a favor de sus hijos.

http://www.kindsein.com/es/20/2/469/

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