3 de julio de 2007
Ferran Barri, psicólogo, presidente-director de SOSBULLYING
En relación a las manifestaciones del Defensor del Pueblo, sr. Múgica, en las que considera que dirigirse de usted al profesor en lugar de hacerlo de tú, como se ha establecido en Francia, permitiría evitar la conflictividad escolar, quiero manifestar lo siguiente:
El hecho de dirigirse de usted al profesor, hacer filas al entrar al centro, el uso de uniformes, etc. no dejan de ser medidas que de algún modo ritualizan el acto educativo y le imprimen un carácter caraterístico, que puede ser útil para contextualizarlo y contribuir a la percepción de cierta formalidad que puede llegar a mejorar la disposición de los alumnos en los centros, que a veces pueden percibir formas más laxas como descontroladas, a la vez que el exceso de coleguismo propiciado por un sector del profesorado también ha contribuido a ello.
A pesar de ello, la incidencia que tendrán estas medidas por si solas serán mínimas, si no van acompañadas de otras mucho más necesarias que respondan a las necesidades reales de nuestro Sistema Educativo.
Los docentes se quejan de lo que denominamos ruido de fondo pequeños descontroles, desconsideraciones, cuestionamientos a la autoridad de gestión del recurso educativo, que repetidas en exceso contribuyen a dificultar el ejercicio de la tarea educativa y desgastan al profesor y al alumno con expectativas y que no pueden ser corregidas por la falta de capacidad normativa para ello y por el cuestionamiento generalizado de la figura del docente tanto en el ámbito familiar como en la sociedad en general.
Otra de las quejas del profesorado se centra en un reducido grupo de alumnos, presentes en casi todas las clases, sobre todo en la ESO, que le cuestionan y desafían constantemente, perdiendo credibilidad ante el resto de alumnos y dificultando de forma grave el ejercicio de la profesión.
Mi propuesta es clara: dotar a los profesores de una normativa eficaz y los recursos necesarios, que permitan de forma rápida enviar a los alumnos conflictivos a aulas de reeducación de conductas, donde profesionales de la psicología, pedagogía o profesores especialistas puedan reeducar los valores distorsionados que provocan las conductas desadaptadas, la creación de aulas-taller donde los alumnos con expectativas técnico profesionales y con conocimientos escasos en exceso para seguir los procesos educativos que se den en el aula reciban un tratamiento adecuado a la diversidad.
Por otra parte, quiero manifestar que las normas que deben regir el centro deben ser pocas y muy claras y que cuando no se cumplan deben derivarse consecuencias, pero quiero dejar muy claro que los precursores del actual Sistema Educativo que siempre dicen que no se debe criminalizar al alumno, han impuesto un sistema sancionador, que podemos calificar de parajudicial, en el que cuando se transgredí la norma, se derivan una serie de consecuencias similares a las que se dan en la vida adulta cuando se presenta una denuncia en el juzgado. Yo soy partidario de las medidas reeducativas desde el plano psicopedagógico, pero inmediatas y eficaces, mediante la participación de profesionales que reeduquen las conductas de FORMA OBLIGATORIA, implicando si es necesario a las familias y cumpliendo tres premisas fundamentales:
1. La medida correctora debe contribuir a reparar el daño social causado.
2. Debe ser educativa, enseñando que no debe darse esa conducta en sociedad.
3. Dede ser inmediata para que exista relación de causa-efecto.
Ferran Barri, psicólogo, presidente-director de SOSBULLYING
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