10 de octubre de 2008
EN TODAS LAS AULAS HAY ACOSO ESCOLAR
Iñaki Piñuel, Director de los estudios Cisneros 04-10-2005
'En todas las aulas hay acoso escolar'
Las cifras son escalofriantes, el 25% de los escolares sufren mobbing por parte de sus compañeros. En el chat de Terra contestó Iñaki Piñuel, Profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y Director de los estudios Cisneros, el primer estudio monográfico sobre acoso escolar. “El acoso escolar afecta mucho más a los niños de primaria que a los demás grupos de edad” aseguró.
Pregunta - ¿Cuáles son las causas del acoso escolar?
Respuesta de Iñaki Piñuel - Las causas son variadas, entre las más frecuentes suelen estar las que tienen que ver con una abandono del sistema educativo, la trivialización creciente de la violencia entre niños y la propagación del éxito, la rivalidad, la competitividad entre iguales así como el maltrato y la ridiculización como una herramienta para conseguirlo.
Los valores que se extienden a través de los medios de comunicación, en especial, las series de televisión y los reality shows, exponen a los niños de manera creciente a formar relaciones tóxicas entre iguales. Es divertido reírse de otros, resulta rentable linchar a los demás y suele ser una forma de llamar la atención y de obtener un reconocimiento social el hostigar a otros. Se trata, en el fondo, de unos valores en alza que dan prioridad al maltrato como una forma aceptable de obtener reconocimiento social o de pasar el rato.
P - ¿En qué porcentaje aproximado existe el fenómeno del acoso escolar tanto en escuela primaria como en secundaria?
R - Hasta el estudio que hemos desarrollado, ningún equipo de investigación se había atrevido a evaluar la violencia en Primaria. Desde el estudio Cisneros VII, sabemos que el acoso escolar y en general la violencia entre niños afecta mucho más a los niños de primaria que a los demás grupos de edad (los niños de segundo de Primaria tienen 7 veces más riesgo de padecer acoso que los de segundo de bachillerato). Con esto se rompe un mito habitual que señalaba las edades propias de la ESO como las más afectadas por la violencia escolar.
Los niños que terminan el sistema educativo en 2º de bachillerato ofrecen las menores tasas de acoso y violencia escolar, con un 6% de los niños de 2º de bachillerato. Una de las conclusiones que podemos resaltar es que el sistema educativo va reduciendo con los años la violencia entre iguales. Sin embargo, al final del periodo de educación, el problema persiste para un porcentaje significativo de niños que seguirán hostigando a otros en la vida adulta, ya sea a través del acoso familiar, doméstico o incluso laboral (mobbing).
"El acoso escolar significa un continuado maltrato que recibe un niño por parte de otro u otros. Con independencia de si este niño se queda paralizado o si aprende que resulta útil transformarse en alguien violento, hablamos de un proceso de victimización".
Reconocer el acoso escolar
P - ¿Qué puede hacer un padre para saber diferenciar si lo que sufre su hijo es realmente acoso escolar o es que pelea con sus compañeros?
R - El acoso escolar significa un continuado maltrato que recibe un niño por parte de otro u otros. Con independencia de si este niño se queda paralizado o si aprende que resulta útil transformarse en alguien violento, hablamos de un proceso de victimización. Aproximadamente, la mitad de los niños sometidos a violencia en la escuela quedan paralizados ante esa violencia. La otra mitad, aprenden que la única forma de no ser víctimas es transformarse a su vez en un niño violento o participar en el hostigamiento de otros niños a su vez.
Un porcentaje que llega al 20% de los niños que acosan a otros señala como causa de el hostigamiento que practican "lo hacen para que no se lo hagan a ellos". Es decir, los niños en la escuela aprenden muy tempranamente que una buena manera de no recibir acoso es practicarlo contra otros. Esto es demoledor y un fracaso de todo el sistema educativo.
P - ¿Cómo debe actuar un padre cuando se da cuenta de que a su hijo le están acosando? ¿Se debe denunciar?
R - Lo primero que debe hacer un padre es situarse de manera incondicional a favor de su hijo ofreciendo un tipo de apoyo incondicional desde el principio. Suelen ser errores frecuentes entre los padres de niños acosados el trivializar, banalizar, restar importancia, dudar de la versión del niño haciendo que los menores acosados terminen aclimantándose a la violencia que padecen y terminen pensando que la violencia es algo normal y algo que forma parte de un panorama esperable y natural en las relaciones humanas.
Los padres solemos emitir cinco tipos de mensajes tóxicos a los niños acosados: negar la versión que el niño nos trae sobre la violencia que padece; mostrar al niño que esto siempre ha ocurrido así, que nosotros también lo padecimos, comparándonos; decir a los niños que esto es bueno para ello, que les hace ser más duros, les prepara para la vida, les forja el carácter y otras aberraciones semejantes; los padres señalan al niño que ante el acoso prefieren que el niño se transforme en alguien violento frente a los que le acosan (cosas que hemos escuchado a los padres: “prefiero que vengas con un ojo en la mano a casa a que vengas llorando porque otro te ha pegado"; "si te pegan, pégales tú más fuerte"…); Otra de las alternativas es dejar que pase el tiempo.
La responsabilidad de proteger a los niños de la violencia del entorno escolar no es de los padres sino de los educadores, tutores y responsables de centro educativos que tienen la obligación legal y que establece los derechos del niño de que el lugar de estudio sea un sitio protegido donde puedan desarrollarse, madurar y crecer libres de toda violencia.
P - Antes había acoso escolar. Creo que lo ha habido siempre y ahora sale más en los medios.
R - El acoso escolar no es un problema nuevo, es cierto que siempre ha existido. Lo que ha cambiado es que la mayor humanización de nuestra sociedad hace que un comportamiento que hasta ahora era asumido como normal pase a ser inaceptable y digno de ser combatido. Ha ocurrido lo mismo con otros problemas similares como el maltrato doméstico o el mobbing. También es cierto que se observa una evolución a cada vez mayores cotas de violencia en nuestras relaciones sociales.
Pasados los tiempos en que la autoridad controlaba o incluso reprimía las violencias más graves y visibles, hoy en día, necesitamos contener la violencia buscando formas alternativas que no impliquen un retorno imposible a la autoridad, a la represión o al castigo que se han demostrado inoperantes para atajar este problema.
El papel de los profesores
P - ¿Cómo calificaría a nuestros profesores? ¿Ponen empeño en luchar contra este problema?
R - En general, los profesores están en una situación límite en cuanto a su capacidad de luchar y hacer frente a la violencia en los centros educativos. Abrumados, sobrepasados, faltos de apoyo y reconocimiento social, a veces víctimas ellos mismos de violencias por parte de padres, alumnos o incluso víctimas del mal ambiente en el sector educativo, ofrecen muy poca capacidad para frenar este fenómeno. Es necesario trabajar con los profesores en la implementación de protocolos de buen trato que hagan de los niños los protagonistas principales en la erradicación de los comportamientos violentos de humillación y acoso en los centros escolares.
Los profesores deben ser facilitadores en la implementación de estos protocolos de buen trato que son hasta la fecha las únicas medidas que están teniendo éxito real a la hora de erradicar conductas violentas. La mera formación de los profesores en materias como conflictividad, relaciones sociales, mediación... abundante ya en numerosos centros no ha producido los cambios que se esperaban en relación a la violencia escolar.
P - ¿Cuáles son las principales prácticas de acoso escolar?
R - Hemos observado frente al mito comunmente aceptado de que la violencia escolar era básicamente una violencia física que la realidad de la violencia entre los niños es mucho más social y psicológica que física. La intimidación, coacción, agresiones físicas existen y causan daños. Sin embargo, son las formas de exclusión social basadas en ningunear, no dejar participar, ridiculizar, poner motes, reírse de alguien cuando se equivoca, hacer correr rumores a sus espaldas, indisponer a los compañeros contra la víctima, las que además de ser más frecuentes, producen mayores tasas de estrés postraumático entre las víctimas. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, las formas de acoso psicológico, exclusión social y humillación verbal son mucho más lesivas para los niños. Son las que están detrás de los índices más graves de ideación suicida entre los niños.
P - ¿Qué le puede pasar a un acosador si es denunciado?
R - Los acosadores crecen en medio de la impunidad. Hemos observado en nuestro estudio que el número de acosadores frecuentes se incrementa según vamos incrementando la edad. Esto ocurre porque la violencia y acoso en los centros le sale gratis a aquel que las practica. Una medida que podría reducir sustancialmente el número de acosadores sistemáticos o recurrentes sería la tolerancia cero frente a las conductas que practican, que debiera incluir la intervención rápida y contundente de la fiscalía de menores en este caso, actuando de oficio. Un buen susto a tiempo evitaría que estos niños (los acosadores) frecuentemente víctimas de violencias anteriores terminaran consolidando un comportamiento tóxico para sus compañeros en el medio escolar.
P - Las soluciones para acabar con este problema juvenil son difíciles pero ¿Por donde hay que atacar el problema?
R - La esperanza blanca en materia de prevención de la violencia escolar es ese 24% de casos de acoso donde los que intervienen para cortar la violencia son los mismos compañeros de la víctima. Se trata de fomentar entre los niños los comportamientos de solidaridad en favor de las víctimas y del señalamiento de los comportamientos de acosos de forma temprana como inaceptables, indebidos y causantes de daños para muchas personas. Los protocolos de buen trato significan un compromiso colectivo e individual de aquellas clases que los adoptan de no trivializar y banalizar las collejas, empujones, los gritos, los insultos, los motes, la ridiculización de los demás... y de proteger desde el principio aquellos que puedan resultar víctimas, encarando a los autores como desviantes de la norma que cada uno de los grupos se ha dado para apostar por el buen trato en las aulas.
Los adultos tenemos que facilitar un proceso de autodeterminación que los niños suelen estar deseando emprender por sí mismos. Los niños son los mejores agentes de cambio social en materia de violencia escolar.
"Es manifiestamente falso que el acoso escolar sea un tipo más de violencia de género. Los niños son más acusados que las niñas (27% frente a 21%). Pero además, los niños suelen ser más víctimas de otros niños varones y las niñas suelen ser víctimas más frecuentemente de otras niñas".
P - ¿Cuántos niños sufren acoso escolar? Podría dar datos estadísticos. ¿Lo sufren más en edades cortas o en las más adultas? ¿Quiénes más: niños o niñas?
R - Es manifiestamente falso que el acoso escolar sea un tipo más de violencia de género. Los niños son más acusados que las niñas (27% frente a 21%). Pero además, los niños suelen ser más víctimas de otros niños varones y las niñas suelen ser víctimas más frecuentemente de otras niñas. Pretender como en algunos casos han hecho investigaciones nada rigurosas, señalar el acoso escolar como un problema de violencia de género es un disparate que cualquier educador que se aproxime a la realidad puede comprobar de manera directa y evidente.
Contra el mito mediático que consiste en esperar a que un niño esté en una situación próxima al suicidio o clínicamente muy grave hay que insistir en que el acoso escolar es un continuado maltrato que recibe un niño en su entorno escolar, con independencia le ha generado ya daños moderados, graves o muy graves. Es una barbaridad pretender diagnosticar el acoso escolar desde el daño que hay generado ya a la víctima. El acoso escolar como toda violencia se puede y se debe medir (autotest Cisneros), mediante el cómputo de las conductas. El tamaño del problema es tal que algunas instituciones tienen miedo de aceptar los datos que la realidad de la violencia en las aulas ofrecen a los investigadores serios y rigurosos.
P - ¿Cuáles son las consecuencias psicológicas?
R - Por primera vez el estudio Cisneros VII ha podido evaluar no sólo la intensidad y frecuencia de las conductas de acoso escolar sino mediante el uso de escalas clínicas rigurosas, la correlación que hay con daños psicológicos severos y cuadros clínicos como son el síndrome de estrés postraumático infantil, la depresión infantil, los trastornos de ansiedad, etc... que han resultado correlacionar significativamente con los mayores índices de acosos. La mayoría de estos cuadros son la manifestación de un daño y no como algunos pretenden la causa del problema.
Los niños son víctimas de un tipo de violencia que antecede la aparición de estas secuelas que suelen ser difícilmente diagnosticadas y aún peor tratadas terapéuticamente por especialistas. Se atribuye falsamente a la víctima tener una personalidad retraída, entrovertida, presentar problemas de adaptación, ser un neurótico o incluso un niño depresivo. Todo ello significa para los niños víctimas un proceso de victimización secundaria.
P - ¿El acoso escolar se da más en colegios públicos o privados?
R - No hemos podido encontrar hasta el momento diferencias significativas en cuanto a la titularidad pública o privada de los centros en cuanto a acoso escolar. Lo que sí hemos encontrado es acoso escolar en todas las aulas que hemos investigado (en 222).
El mensaje de Iñaki Piñuel
Quiero lanzar un mensaje a todos los adultos del chat y hayan sido víctimas de cualquier violencia. Es muy probable que estos niños se hayan convertido en adultos cronificando unos daños psicológicos severos como es el síndrome de estrés postraumático, que afecta a un 35% de los niños acosados y que es responsable de cambios importantes en la personalidad y puede significar un sufrimiento que les ha venido acompañado a lo largo de sus vidas y que hasta la fecha no habían encontrado la causa debido a la trivialización de la violencia que habían padecido.
La violencia puede y debe medirse a través de herramientas que están gratuitamente a disposición de quien quiera en www.acosoescolar.com.
http://actualidad.terra.es/articulo/html/av2523582.htm
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